DSV compra al operador belga ABX Logistics por 750 millones de euros

El operador danés DSV, sexto operador en movimiento de contenedores marítimos en Europa y uno de los diez primeros operadores en el ranking de carga aérea a nivel internacional, ha alcanzado un acuerdo con la sociedad de capital riesgo 3i, para la compra de ABX Logistics.

Con esta operación -pendiente aún de la aprobación de las autoridades europeas-, concluyen los rumores, sobre el interés de la compañía danesa en el operador belga.

La operación ha sido valorada en 750 millones de euros, 150 millones más de lo inicialmente anunciado, cuando 3i comunicó que ponía a la venta el operador.

La operación crea un operador logístico con unos ingresos superiores a los 6.500 millones de euros (cifras de 2007), y una fuerza laboral de 25.000 trabajadores en más de 60 países.

Reforzar las operaciones en la zona del Mediterráneo y centroeuropa

La compra de ABX Logistics por parte de DSV se explica no solo por la complementariedad de las actividades, sino por el interés de DSV de reforzar su posición en el Mediterráneo. De hecho, la adquisición vendría a completar la estructura que actualmente posee la compañía en España, Italia y Francia. Por otro lado, también añade el conocimiento y la experiencia de ABX Logistics en mercados como Estados Unidos, Asia, África y Latinoamérica.

Ambas compañías esperan concluir el proceso de integración a finales de 2011.

Un contexto propicio a la compra de operadores

La situación del mercado logístico en Europa unido al periodo de incertidumbre económica da origen a una intensa actividad de compras por el Viejo Continente. Un ejemplo de este contexto es la reciente adquisición por parte de DSV del operador belga ABX Logistics. También lo son la compra de Christan Salvesen por parte de Norbert Dentressangle o la de Rohde & Liesenfeld por Geodis.

La adquisición de ABX Logistics se produce tan solo tres años después de la venta de la compañía al fondo de inversión británico 3i, cuando el operador (privatizado de los ferrocarriles belgas), se vio obligado a buscar un socio financiero para no levantar sospechas de la Comisión Europea.