Aunque el acuerdo es por un año, Maersk ha aceptado a mantener una reunión con el puerto de Vigo en esta semana.
Los cargadores del puerto de Vigo y la administración de la instalación portuaria vienen analizando, durante los últimos días, el coste económico y operativo que supondrá el traslado de las operaciones de Maersk al puerto de Marín.
Aunque la decisión parece irrevocable teniendo en cuenta que la terminal de Marín ha ganado en concurso público el contrato para ser la base operativa de la naviera en la zona, el hecho de que el operador no haya confirmado formalmente su decisión provoca que se hable todavía de una “hipotética” salida.
Sin embargo, en determinados círculos de la comunidad portuaria se da por hecho que Maersk iniciará sus operaciones en Marín el 18 de mayo, que en la actualidad comprenden un feeder semanal procedente de Algeciras, y un mercante sin frecuencia fija procedente Walvis Bay.
La naviera tiene vinculado un tráfico de casi 200.000 TEUs al año en la instalación, que suponen el 40% del tráfico de la misma. Por ello, para el puerto de Vigo sería muy difícil salir de los números rojos si la naviera se va finalmente a Marín.
En concreto, la Autoridad Portuaria estima que las mercancías manipuladas por el primer operador del mundo tendrían un valor de 1.680 millones de euros, según recoge Faro de Vigo.
El puerto de Vigo ya ha comenzado a moverse y a reunirse con cargadores habituales de la instalación. Así, desde las patronales Anfaco, Conxemar y la Cooperativa de Armadores, se urge a López Veiga a solucionar el grave problema que significa la “sangría de la constante fuga de compañías y de tráfico de mercancías a otros puertos” más competitivos y con mejor operatividad.
Aunque el acuerdo para operar en el puerto de Marín es por un año, Maersk ha aceptado a mantener una reunión con el puerto de Vigo en esta semana.
Entretanto, el presidente del puerto de Vigo, López Veiga, intenta detener la salida de Maersk a Marín, como revela el contenido de la carta enviada a Puertos del Estado, donde entre otras peticiones, se recoge que se prohíba la actividad de la naviera en Marín por ubicarse sobre unos terrenos conseguidos gracias a rellenos y que el Supremo declaró ilegales ya en 2009.
López Veiga defiende la competencia entre terminales, “pero siempre que se realice en igualdad de condiciones“.
Por su parte, la ministra de Fomento Ana Pastor argumentó este pasado viernes que se “trata de un asunto entre empresas donde no intervienen las instituciones” .
Esperar otra naviera
En lo que respecta a los cargadores, desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) calculan que la decisión de la naviera afectaría a unas 45 empresas asociadas, vinculadas a principalmente a la automoción y a la industria metalúrgica.
Para esta asociación, que se ha reunido recientemente con el puerto de Vigo, el cambio de instalación podría suponer un coste inasumible para los clientes de Maersk, que elegirían otra naviera si esta se presenta en la terminal viguesa con tarifas similares a las que venía ofertando la naviera noruega.
Además, los últimos acontecimientos han motivado que el tejido productivo e industrial de Vigo quiera conocer los costes de la estiba en la instalacióndesde la que envían y reciben mercancías, pues esta partida habría sido el factor determinante para el cambio de base de la naviera.
Fuente: Cadena de suministro