En la cadena de suministro, la Inteligencia Aplicada resulta fundamental para mejorar su eficiencia y efectividad, pero también para predecir las necesidades del cliente y darle lo que quiere.
Al ritmo que avanza la digitalización, se hace cada vez más necesario el diseño de una cadena de suministro que combine adecuadamente el trabajo de humanos y máquinas, pues ambos son imprescindibles para lo que Accenture llama la Inteligencia Aplicada.
La aplicación de la tecnología inteligente y el ingenio humano pueden utilizarse para resolver complejos desafíos. En la cadena de suministro, la Inteligencia Aplicada resulta fundamental para mejorar su eficiencia y efectividad, pero también para predecir las necesidades del cliente y darle lo que quiere.
Los indicadores de la demanda pueden conocerse de diversas maneras, como Internet o las plataformas sociales. Posteriormente, los motores de análisis pueden utilizar los conocimientos obtenidos a partir de datos desestructurados y generar con ellos planes de oferta y demanda.
En la actualidad, las soluciones para la optimización de la cadena de suministro que utilizan memorias internas o en la nube pueden actualizar su planificación en segundos, mientras que antes eran necesarias horas o incluso días. Además, los sistemas de Inteligencia Artificial pueden automatizar gran parte del proceso, al mismo tiempo que sincronizan la planificación con la oferta disponible.
El trabajo humano
Sin olvidar todas estas ventajas, los humanos siguen siendo necesarios en la ecuación. El encargado de gestionar la cadena de suministro del futuro asumirá unas responsabilidades mucho mayores en los procesos de la compañía.
Los roles tradicionales asociados a la demanda, la oferta, la producción, y la planificación comercial y financiera, se fusionarán en un único departamento, que será responsable de la planificación de múltiples cadenas de valor adaptadas a las necesidades específicas de micro-segmentos de clientes.
También será clave el nuevo “ingeniero digital”, cuyo papel será muy analítico. Serán como inteligentes científicos de los datos que gestionarán y modelarán los algoritmos, los protocolos de alerta y los parámetros que guiarán las decisiones automatizadas.
En el futuro, habrá menos trabajadores, pero altamente cualificados, que utilizarán tecnologías cada vez más inteligentes. Esto supondrá un aumento de los ingresos y una reducción de los costes de inventario, obsolescencia y operativos.
Posibles retrasos
Por otra parte, las diferencias entre planificación y ejecución serán cada vez más difusas, lo que ha llevado a Accenture a acuñar el término ‘planicución‘. Se trata de un modelo colaborativo en el que los planes deben evolucionar de una base local hasta una perspectiva de red o plataforma digital, sincronizando la oferta y la demanda con la de otros participantes.
Sin embargo, casi la mitad de los ejecutivos entrevistados por Accenture solamente se plantean invertir en las nuevas tecnologías necesarias para el cambio de aquí a tres años. El proceso podría retrasarse, por tanto, ya que se requiere un aprendizaje y una adaptación, así como un nuevo planteamiento por parte de las empresas en cuanto a la captación de talento capaz de gestionarlas.
Por ello, es importante que definan cuál es su visión para el futuro, que se planteen cuáles son sus capacidades de planificación y que decidan cuándo y cómo comenzar la transformación digital.
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