La automatización tendrá un marcado impacto en el número de trabajadores en los puertos y también en los nuevos perfiles laborales que van a necesitar.
La automatización y digitalización de terminales portuarias no es un proceso futuro, ya está dentro del sector y ha llegado para quedarse. Es una de las grandes conclusiones consensuadas de la jornada celebrada por la Asociación de Empresas Estibadoras (Anesco) sobre el tema. Otro de los grandes consensos es que las instalaciones semiautomatizadas se imponen ahora mismo como modelo de transición entre la automatización completa y las terminales manuales de contenedores.
Nadie duda tampoco de que estas tecnologías tendrán un marcado impacto en el número de trabajadores en los puertos y también en los nuevos perfiles laborales que van a necesitar a medio plazo. “Los agentes sociales debemos afrontar este debate para encontrar soluciones consensuadas”, ha manifestado durante su intervención el secretario general de Anesco, Pedro García. El representante de las empresas estibadoras ha defendido la negociación colectiva: “Creemos que es la mejor herramienta para llegar a acuerdos”.
“También creo, aunque esto puede ser discutible, que es preferible ir adoptando transiciones evolutivas que soluciones disruptivas”, ha explicado el secretario general de Anesco. Pedro García ha añadido que “en muchas ocasiones, percibo como si la respuesta a la automatización de terminales fuera binaria y no creo que sea así”. De hecho, “se pueden ir automatizando muchos elementos en un proceso continuo”.
En este contexto, es en el que se impone la necesidad de ir incorporando terminales semiautomatizadas, porque “ningún proceso de automatización o digitalización funcionará si no se hace de la mano de los empleados”, ha reconocido la secretaria general de Feport (Federation of European Private Port Companies and Terminals), Lamia Kerdjoudj-Belkaid. Pedro García ha subrayado la necesidad de que “la automatización y la digitalización compatibilicen la mejora de la competitividad y la calidad del empleo”.
Por su parte, el coordinador general del sindicato de la estiba en España Coordinadora, Antolín Goya, ha señalado que “no va a ser el colectivo al que represento el que se oponga al avance de la humanidad, ni nos vamos a colocar en contra de la automatización o la digitalización”. El avance de las nuevas tecnologías, a juicio de Antolín Goya, es un problema que trasciende al propio sector. “Si queremos mantener el Estado del Bienestar, cada vez hay más trabajadores para menos puestos de trabajo y de peor calidad”, ha aseverado el líder sindical. “No sé cómo vamos a equilibrar esa balanza y cómo va a haber consumo si no hay capacidad de compra del consumidor”. Para Coordinadora, aunque sea un sindicato, ha explicado Antolín Goya, es prioritario que las empresas tengan más beneficios y se genere más riqueza, “la diferencia es que queremos ser partícipes de ellos”.
LA VOZ DE LOS PUERTOS
El director de la Autoridad Portuaria de Barcelona, José Alberto Carbonell, ha constatado que “la automatización o semiautomatización conlleva una reducción de la mano de obra portuaria”. En el caso de la terminal semiautomatizada Best (Hutchison Ports) del puerto de Barcelona, “ha habido diálogo social y se han conseguido unos buenos acuerdos que se han visto reforzados por el aumento de tráfico”, ha explicado el director del enclave catalán.
Por otro lado, el director de la Autoridad Portuaria de Valencia, Francesc Sánchez, ha manifestado que la nueva terminal de contenedores pendiente de concesionarse será semiautomatizada o automatizada, como recoge el pliego de condiciones. “Si observamos la tecnología actual, las terminales más eficientes en el mundo son semiautomatizadas”. Francesc Sánchez ha señalado que “las terminales totalmente automatizadas no están dando todavía los resultados esperados”. Por tanto, al futuro concesionario “le exigimos un nivel de semiautomatización”, pero creando un mecanismo para que se pueda transformar en automatizada en el futuro, según ha manifestado el director del puerto de Valencia.
Fuente: El Mercantil