El próximo 29 de marzo, Europa sabrá si la posible salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido una buena idea o un auténtico desastre. Uno de los sectores que más pronto saldrá de dudas será el del transporte.
Conductores que circulaban por los alrededores de Manston, en el sureste de Inglaterra, a principios de año, se toparon con una situación particular, pero que puede que pronto se convierta en una realidad: una hilera formada sólo por camiones, que originaron un atasco kilométrico hacia el aeropuerto de la localidad, una de las principales vías de entrada y salida de mercancías entre la isla y el continente europeo.
Sólo fue un simulacro, organizado por el Gobierno de Theresa May. Estaban convocados unos 150 camiones, aunque, al final, sólo acudieron unos 90. Manston se encuentra en la ruta hacia el puerto de Dover, lo que puede dar una idea de lo que está por venir en Gran Bretaña.
En unos meses se cumplen los dos años que tenía el Reino Unido para negociar una salida, lo menos dramática posible, de la Unión Europea. El hecho de que el Gobierno británico haya hecho un simulacro de lo que está por venir en lo que a transporte se refiere, ofrece un panorama revelador de la importancia que tiene esta actividad en un momento tan trascendental para la Unión Europea y, sobre todo, para el Reino Unido.
Teniendo en cuenta el calendario y la proximidad de las fechas, muchas empresas de transporte españolas que hacen internacional están pidiendo al Ministerio de Fomento autorizaciones del contingente CEMT, que sería la única autorización válida para acceder al Reino Unido a partir del próximo 29 de marzo.
España tiene concedido un limitado cupo de este tipo de autorizaciones bilaterales (menos de 800 al año), por lo que el Ministerio de Fomento ha establecido para 2019 un procedimiento de consulta previo del número de autorizaciones a solicitar, para analizarlas y decidir cuántas autorizaciones concederá.
Además, la Comisión Europea ha iniciado los trámites de elaboración de un reglamento europeo para establecer una regulación común temporal que asegure una conectividad básica del transporte de mercancías por carretera entre la Unión Europea y el Reino Unido durante 2019 que, en todo caso, necesitará de una aprobación exprés (antes de finales del mes de marzo) y la conformidad del Reino Unido a la nueva regulación establecida.
Incertidumbre
La falta de información fiable sobre los posibles efectos de la salida del Reino Unido de la Unión Europea crea confusión en muchos ámbitos, pero si hay uno que desconoce qué va a pasar en los próximos meses, ése es el transporte de mercancías por carretera. Según la Comisión Europea, el Reino Unido es el tercer mercado más importante para la economía española, especialmente en los sectores de alimentación, automoción y aeronáutica, con un crecimiento del 3,7% en 2017 sobre 2016.
Por ello, la Comisión Europea recomienda a los Estados miembros que tomen medidas legislativas y administrativas para que el Brexit sea lo menos perjudicial para sus relaciones. En este sentido, Bruselas ha preparado un documento en el que previene de las consecuencias que tendría una ruptura de las negociaciones, al que ha llamado plan de contingencia.
Entre los aspectos en los que la Comisión se para a analizar de forma especial, están los servicios a los ciudadanos, servicios financieros, el transporte aéreo, el transporte por carretera y las aduanas.
Fuente: www.transporteprofesional.es