El sistema portuario de titularidad estatal está desarrollando una Estrategia de Transporte Sostenible en Puertos, articulada en torno a una serie de líneas de actuación que ya están en marcha. A las medidas ya conocidas como el impulso al desarrollo de Autopistas del Mar, el impulso al transporte ferroviario con origen/destino en puertos; o la mejora de la movilidad de vehículos pesados en el entorno portuario, en los últimos años se han puesto en marcha otras, entre las que destacan el impulso a las energías alternativas en el transporte; la mejora de la eficiencia energética e impulso al uso de energías renovables; el control de las emisiones difusas en la manipulación de graneles sólidos y líquidos; la mejora de la trazabilidad y el grado de valorización de los residuos; la valorización de los residuos de construcción en rellenos portuarios; la optimización de la respuesta ante emergencias por contaminación marina; la contribución a la mejora de la calidad del agua y sedimentos de los puertos; la contribución a evitar el vertido de desechos procedentes de buques al mar; y la optimización de la gestión y uso del agua en puertos.
Todas estas iniciativas se encuentran integradas en distintos planes nacionales de carácter medioambiental, como son el Plan Nacional de Calidad del Aire, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, la Estrategia Española de Economía Circular, así como en las Estrategias Marinas y Planes Hidrológicos ligados a la mejora de los ecosistemas acuáticos marinos y costeros. Con ello, se pone de manifiesto el compromiso institucional de Puertos del Estado con el desarrollo de un modelo de transporte sostenible capaz de impulsar la actividad comercial de nuestro país, sin poner en riesgo los servicios que nos presta el entorno natural.
Según el informe de la Comisión Europea “Puertos: Motor de Crecimiento”, en un escenario de crecimiento reducido, se estima que el volumen de mercancía movido por los puertos de la Unión en el horizonte 2030 será un 50% mayor que el registrado en 2001, año en que ya se habían alcanzado los 3.700 millones de toneladas.
Resulta vital desarrollar estrategias dirigidas a evitar que el incremento en las necesidades de transporte este acompañado de un incremento equivalente de infraestructuras, consumos energéticos, e impactos al entorno natural. El objetivo es mantener el crecimiento reduciendo las externalidades ambientales.
Fuente: www.novologistica.com