Renfe y SNCF, las dos principales operadoras de tren en España y
Francia, anunciarán en febrero la creación de un nuevo operador para
explorar los tráficos de tren transfronterizos entre ambos países. El
servicio se iniciará en una primera fase en 2009 con la inauguración del
túnel Figueras-Perpiñán. En 2012, trenes TGV de dos pisos unirán París y
Lyón con Barcelona y Madrid.
Los Gobiernos de España y Francia y las operadoras ferroviarias de ambos
países, Renfe y SNCF, han cerrado un acuerdo de principio para comenzar
a operar de manera regular servicios ferroviarios transfronterizos según
un calendario que han definido en dos fases. El consenso entre las
partes se ha plasmado en un acuerdo de principio que, al parecer, será
firmado con la máxima solemnidad el próximo mes de febrero en Madrid o
en París.
Según han explicado fuentes de los fabricantes del material ferroviario
que estarán implicados en la operación, la base del acuerdo
hispanofrancés consiste en la creación de una nueva operadora
ferroviaria que será la responsable de la explotación de los servicios
de tren que se realizarán entre ambos países. El nuevo operador tendrá
un capital social constituido a partes iguales por la compañía española
Renfe y por la francesa SNCF. Su actividad se desarrollará en dos fases.
Fechas y calendario
Los compromisos de fechas para la inauguración de nuevos servicios en el
mundo de la alta velocidad los carga el diablo. Pero a pesar de ello,
los ejecutivos de Madrid y París han consensuado que durante el
ejercicio de 2009 se iniciará una fase ?transitoria? de explotación de
trenes a través del nuevo túnel ferroviario que une las localidades de
Figueras en España y Perpiñán en Francia. La finalización de esta
importante infraestructura que realizan la constructora española ACS y
la gala Eiffage es absolutamente indispensable para comenzar a
estructurar los nuevos tráficos transfronterizos.
Se ha previsto que en esta primera fase trenes TGV de dos pisos de la
SNCF procedentes de la red francesa, atraviesen el túnel fronterizo y
lleguen hasta Figueras, donde sus pasajeros conectarán con los servicios
de tren de la red española.
En sentido contrario, Renfe ha contactado con los fabricantes del tren
de alta velocidad español S-130, con capacidad para cambiar el ancho de
vía, para saber si este convoy está capacitado para realizar servicios
que, partiendo de destinos en la red española, atraviese el túnel en
dirección Figueras- Perpiñán para que sus usuarios puedan conectar con
los servicios de ferrocarril galos desde esta última población.
La canadiense Bombardier y la española Talgo, empresas que han
construido el S-130 (conocido popularmente como ?el patito?) han
aportado a Renfe soluciones que permitirán solventar en esta fase
transitoria los problemas de electrificación que presenta el paso de la
red española a la francesa.
Fase definitiva
La fase definitiva de explotación conjunta de servicios transfronterizos
llegará en 2012 cuando la infraestructura de alta velocidad entre
Barcelona y Figueras y los accesos de la red francesa hasta Perpiñán
estén completamente terminados.
En esta etapa, el nuevo operador ferroviario que se creará con la
participación de Renfe y la SNCF tendrá ya un papel muy relevante. En
primer término será dotado de una flota propia de trenes.
En principio está previsto que su parque esté constituido por material
TGV de dos pisos con tecnología francesa de Alstom. Estos trenes capaces
de alcanzar más de 250 kilómetros por hora tienen un buen comportamiento
de costes dada su alta capacidad.
Las rutas que realizarán estos trenes se estructurarán según la demanda
entre París, Lyón, Barcelona y Madrid. La nueva operadora tendrá la
responsabilidad de consolidar los ingresos y los de estos servicios.
Hay que tener en cuenta que en el año 2012 el servicio ferroviario de
pasajeros estará liberalizado, por lo que estas líneas se operarán en
competencia.
Muchas dificultades y una gran inversión
El proyecto de la línea de alta velocidad que conectará Cataluña con la
frontera francesa desde Figueras es tan antiguo como el plan para
conectar con el AVE las dos principales ciudades españolas: Madrid y
Barcelona. Éste último, puede iniciar las pruebas de recorrido a partir
de mañana. El proyecto de la frontera, por su parte, tiene una longitud
de 134 kilómetros y la inversión prevista supera los 3.000 millones.
Durante de casi dos décadas, cada uno de los 19 tramos del proyecto han
ido presentando toda suerte de dificultades. Uno de los últimos
escollos, finalmente salvado, ha sido la adjudicación hace dos semanas
de las obras del túnel para facilitar el paso del AVE por el centro de
Barcelona desde la estación de Sants hasta el nuevo centro de
distribución de La Sagrera. El adjudicatario es una unión temporal de
empresas de Sacyr, SAU, Cavosa y Scrinser, y el plazo de ejecución de 35
meses. El proyecto tiene un presupuesto de 179,3 millones y es polémico,
por discurrir cerca del templo de la Sagrada Familia. Tampoco se ha
librado del litigio la construcción del túnel bajo los Pirineos entre
Figueras y Perpiñán.
Las constructoras ACS e Eiffage han pedido al Gobierno que decida las
indemnizaciones que deben recibir a causa del retraso que acumula el AVE
entre Barcelona y Figueras.
Renfe y SNCF crean un operador ferroviario que unirá Francia y España
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