Hoy el “escribidor” no tiene la más mínima importancia porque, lo que aquí se dice, muchos lo suscribirían; la importancia la tiene nuestro particular “Indi Jones”.
Mientras duró su enfermedad, no perdió su “coquetería” y con su sombrero de intrépido aventurero, su lucha, su coraje y su punto de honor, Indiana Jones era un niñito a su lado. Mantuvo la ilusión, las ganas de vivir y su preocupación y ocupación por los transitarios en general y marítimos en particular; fue nuestro querido Presidente del Club del Transitario Marítimo (CTM). Y, según dice el escritor Carlos Fuentes en su libro “La Silla del Águila” -y lo suscribo-, cuando uno es presidente lo es hasta más allá del fin de sus días; no existen los “ex”, y en el caso de Aflred, menos. Impulsó y dio a conocer, todavía más, el CTM a todas las autoridades y agentes económicos del sector, un camino que habían iniciado con éxito Ricard, Jordi, Víctor y que continúa Amadeo. Ideó e hizo imprescindibles nuestras “calçotadas”, punto de encuentro y confraternización de todo un sector, de manera que con su entereza y su obra es un ejemplo para todos nosotros.
En otro orden de cosas y a nivel personal, a pesar de mis más de cuarenta y seis años en el sector -y él creo que me ganaba- la amistad la iniciamos aproximadamente hace unos diez años, coincidiendo con mi entrada en el CTM y, como dice el filósofo y recientemente escribí a un buen amigo, “los afectos son una búsqueda” y en el caso de Alfredo un grato encuentro.
Las misiones de la APB fueron un buen inicio; la cena por él organizada en el “Angus” de DF, el deambular nocturno de tres amigos (Alfred, Paco Ferrer y el que suscribe) por las calles de Veracruz, con las risas a flor de piel, la compra de “guayaberas” (Amadeo y muchos más incluidos) para hacer la competencia al Presidente Tosas, Joan Colldecarrera, Antonio de la Ossa, Xabier Vidal y compañía, nuestras rancheras… Después vinieron -y lo digo sin orden alguno- Sevilla, Bilbao, Alicante, y nuestras salidas a La Rioja, Delta del Ebro, Priorat… En todas ellas pudimos disfrutar también de la amistad de Amparo, su mujer. Y ya sabéis lo que se dice -y en este caso es más que cierto- “detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer” –esto mismo lo he escrito dos veces en poco tiempo, aunque por motivos distintos-.
No quiero terminar sin decir a su familia, a Amparo, a su hija y a su hijo -a los que conocí unos instantes pero que fueron suficientes para transmitirme con su mirada todo el amor que sentían por su padre-; a Jordi y a Jaume, sus fieles amigos y socios; a todo el quipo de Nadal Forwarding y a todo los miembros del CTM y de la industria del “forwarding” en general, que echaremos mucho de menos sus abrazos, su socarrona sonrisa, su franca mirada… Allá donde esté, estará con todos nosotros, transformado en energía que nos trasladará; nos estará protegiendo, riéndose, siendo feliz y haciéndonos felices, como siempre.
Nos podemos olvidar de muchas cosas menos de ti¡ -lo decía su tocayo José Alfredo.
Hasta siempre Alfred.
Un miembro del CTM
Fuente: GotCarga
Fallece Alfred Piera, Presidente del Club del Transitario Marítimo
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