No está la economía española para euforias, máxime ante los negros nubarrones que teóricamente se avecinan. En cualquier caso, sigue habiendo asideros para la esperanza, como el cierre de ejercicio en los puertos españoles en lo relativo al tráfico de contenedores. La cifra final representa un récord histórico sin paliativos que, eso sí, está sustentado por un acelerón del transbordo en algunos puertos sumamente frágil. Ahora bien, la import-export también ha batido su récord histórico y, además, con un excelente mes de diciembre, lo que anima a pensar que el comercio exterior español aún puede seguir siendo el motor que sostenga la actual zozobra de nuestro PIB.
El frío dato es rotundo: 13,88 millones de contenedores transitaron por los puertos españoles en 2011. Esto es un 11,02% más que en 2010, supone un crecimiento del 18,1% con respecto a la sima de 2009 y, sobre todo, si lo ponemos en relación con el techo alcanzado antes de la crisis, en el año 2008, los TEUs de 2011 representaron un 4,1% más.
Es decir, los puertos españoles, en el ámbito de los contenedores, han logrado por fin, según los fríos datos, sacar la cabeza por encima del agujero de la coyuntura económica.
En 2011 batieron su récord histórico de movimiento de TEUs puertos como Algeciras, Valencia (un año más), Bilbao o Málaga.
Ahora bien, esta excelente noticia tiene luces, sombras y, sobre todo, incertidumbres que es necesario identificar.
Si empezamos por las luces, no podemos negar que este importante crecimiento tiene un sustento destacado en el tráfico de contenedores import-export. Estos alcanzaron en 2011 los 4,59 millones de TEUs, un consistente 6,99% más que en 2010.
No obstante, la verdadera dimensión de este ratio la da el que el tráfico import-export de TEUs también batió en 2011 su récord histórico y superó con creces (+5,9%) el techo alcanzado justo antes de la crisis, en 2008.
Por otra parte, las dudas que en este ámbito surgieron en el último tramo de 2011 tuvieron una positiva respuesta en diciembre, con un excelente crecimiento de la import-export del 12,5%.
Volatilidad
Con todo, y vamos a las sombras y a las incertidumbres, no podemos obviar que el responsable de más del 50% del crecimiento de los contenedores en España en 2011 fue el tránsito y que su comportamiento a lo largo del ejercicio fue aún más volátil de lo que ya de por sí es este tipo de tráfico.
En total, el año pasado los contenedores de transbordo ascendieron en España a 7,69 millones de TEUs, un 16,71% más que en 2010 y, con relación al referente previo a la crisis, 2008, un 9,6% más.
Es un excelente dato pero muy frágil a tenor de los condicionantes que llevaron a su consecución.
Hay que destacar que el año pasado, de los 1,12 millones de TEUs en los que se vio incrementado el tránsito, más del 65% correspondió a la espectacular evolución de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras, que movió 3,34 millones de TEUs de transbordo, 724.612 más que en 2010 (+27,63%).
Además, la Autoridad Portuaria de Málaga, creció en este apartado un 61,17% para mover 450.688 TEUs en transbordo, 171.045 más que en 2011.
Redireccionamiento
Ambos puertos, por tanto, sumaron prácticamente el 80%del crecimiento del transbordo en España, motivado, y esto es lo importante, por la volatilidad del tráfico de transbordo en el Estrecho y la conflictividad laboral que llevó durante semanas al cese de actividad en el Puerto de Tanger Med y, por tanto, al redireccionamiento de los tráficos.
Como bien decía el Organismo Público Puertos del Estado en su comunicado oficial del pasado martes, todos estos contenedores “transitaron por los puertos españoles por cuestiones de oportunidad (contexto internacional del norte de África), por lo que el mantenimiento de dichos tráficos dependerá de la competitividad de los puertos en la prestación de sus servicios”.
Es decir, el reto de mantener estos niveles se antoja complicado tras la paulatina recuperación de la normalidad en Tanger Med. Con todo, lo positivo es que España ha demostrado hasta dónde puede llegar y lo que puede hacer para asumir estos tráficos de una manera más consolidada.
Sin obviar que la conflictividad en el Estrecho no solo benefició a Algeciras y a Málaga, sí podemos decir que la evolución de los puertos de Barcelona y Valencia en 2011 sería el termómetro adecuado para definir lo que podría haber sido una evolución lógica del transbordo en España el año pasado.
Barcelona incrementó su tránsito de contenedores un 3,75% y Valencia lo hizo un 3,28, por lo que si tomáramos como referencia un ratio de crecimiento medio para todo el sistema de, por ejemplo, un 3,5%, veríamos que en 2011 el tránsito hubiera crecido en España hasta los 6,8 millones, por lo que el tráfico total habría quedado en el entorno de los 13 millones de TEUs, es decir, todavía lejos de los 13,33 millones de los que hemos hablado que se registraron en 2008.
Por lo demás, no podemos dejar de lado el adecuado barómetro de la economía nacional que representan las entradas y salidas nacionales de TEUs desde el punto de vista del consumo interno y la crisis de la economía española.
En 2011, los contenedores “nacionales” ascendieron apenas a 1,59 millones de TEUs, es decir, un 1,69% menos que en 2010. Este el tercer descenso anual consecutivo desde que se desató la crisis y, en conjunto, supone 385.494 TEUs menos que en 2008.
Es decir, el mercado nacional del contenedor ha caído en tres años un 19,5%, un dato sumamente negativo.
Se observa, por tanto, que el salto cualitativo que en 2011 ha dado el mercado del contenedor en España es fruto, en gran parte, de la coyuntura del transbordo y que, aunque la import-export sigue lanzando señales positivas acerca del posicionamiento de España en los mercados exteriores, los contenedores nacionales siguen advirtiéndonos de la mala situación del mercado interno. En definitiva, una adecuada radiografía de la economía española.
El tránsito y la import-export mantienen el equilibrio pero los “nacionales” pierden cuota
Pese a que imputemos los buenos resultados de 2011 en el ámbito de los contenedores principalmente al tránsito, si analizamos el equilibrio de fuerzas entre las distintas tipologías de TEUs veremos que el estatus previo a la crisis no ha variado sustancialmente y, pese a la volatilidad de determinados tráficos, la crisis no ha transformado de manera significativa el mix portuario de tráficos contenerizados.
Si en 2008, antes de la crisis, el transbordo llegó a representar un 52,6% del total del tráfico de contenedores en los puertos españoles, tres años después esa cuota ha ascendido al 55,4%.
No obstante, el terreno ganado por el tránsito no es especialmente a costa de la import-export, pues esta también gana peso.
El 32,5% de participación de los contenedores import-export en el total de tráfico de TEUs en 2008 pasó el año pasado a ser el 33,2%, es decir, los contenedores “internacionales” también ganan terreno.
La explicación de esta situación la encontramos en los TEUs de entradas y salidas nacionales, que son los que ceden terreno y, dada la crisis del mercado interno pasaron en 2008 de ser el 14,8% a representar en 2011 el 11,4% del total.
Los graneles mantienen al sistema portuario lejos de los niveles previos a la crisis
Si bien la brecha abierta por la crisis parece haberse cerrado, aunque sea temporalmente, en lo relativo al tráfico de contenedores, la situación es diferente si analizamos el tráfico global de los puertos españoles.
En 2011, el tráfico portuario alcanzó en el conjunto de las 28 autoridades portuarias un total de 456,99 millones de toneladas, un 5,97% más que en 2010, un crecimiento importante, pero insuficiente.
No hay que olvidar que en 2008 los puertos españoles llegaron a mover 473,82 millones de toneladas, lo que quiere decir que aún seguimos en volumen de tráfico un total de 16,83 millones de toneladas por debajo de los niveles previos a la crisis.
En concreto, el tráfico de 2011 está a caballo del nivel que se alcanzó en 2005 (440 millones) y el de 2006 (462 millones).
Dada la pujanza de la mercancía general y de los contenedores (con los matices señalados) el retraso que se sigue manteniendo encuentra su explicación en la compleja coyuntura de los graneles, en una situación preocupante.
Lo peor sigue estando en el ámbito de los graneles sólidos, absolutamente estancados en 2011 con 79,25 millones de toneladas y apenas un crecimiento del 0,77%.
No obstante, lo más llamativo es que en 2007 estábamos en el nivel de los 116,86 millones de toneladas de graneles sólidos. De esta forma, se han perdido en los últimos 4 años ni más ni menos que un 32,1% de estos tráficos y, lo que es más importante, prácticamente no se ha recuperado todavía nada del terreno perdido, unos 37 millones de toneladas.
En el ámbito de los graneles líquidos la situación es ligeramente mejor, aunque siguen representando igualmente un lastre. Sus tráficos en 2011 ascendieron a 150,40 millones de toneladas, un exiguo 1,23% más que en 2010.
Como quiera que el registro en 2008 quedó en los 153,96 millones de toneladas, aún faltan por recuperar más de 3,5 millones.
El agujero de los graneles es compensado en parte por la mercancía general que, con los conocidos condicionantes, registró en 2011 los 213,26 millones de toneladas, un 12,03% más que en 2010 y, sobre todo, también record histórico, al superar en casi 10 millones de toneladas el techo de 2008.
Fuente: Miguel Jiménez DIARIO DEL PUERTO