La competitividad futura del Corredor Mediterráneo centra ahora la preocupación de los sectores público y privado. Una vez en marcha la construcción de la infraestructura, los ojos están puestos en la operatividad de ésta. Así se puso de manifiesto el viernes en Perpiñán, durante la jornada organizada en torno al proyecto CLYMA.
El presidente del Puerto de Barcelona, Sixte Cambra, resumió esta inquietud de forma clara: «Nos preocupa mucho la gestión del Corredor porque corremos el riesgo de que no sea tan operativo como necesitamos».
En el mismo sentido se pronunció el conseller de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Catalunya, Santi Vila, quien aseguró que «sin una red de infraestructuras unificada no habrá una Europa unificada». Y es que «las decisiones que se tomen hoy en materia de infraestructuras condicionarán el futuro», recordó Santi Vila.
Por ello, y para hacer que las inversiones en infraestructuras sean rentables, hay que planificar las agendas de operatividad, gestión, técnica y medioambiental, subrayó el conseller.
Este es, precisamente, el objetivo del proyecto CLYMA, que dio un importante paso el viernes en Perpiñán con la creación del Stakeholder’s Forum, órgano encargado de revisar los estudios y propuestas que se llevarán a cabo en el marco del CLYMA y que analizarán uno de los tramos del Corredor Mediterráneo, el Madrid-Barcelona-Perpiñán-Lyon, pero con resultados extrapolables al resto del eje.
Madrid y Algeciras
El presidente del Puerto de Barcelona recordó que este tramo del Corredor Mediterráneo «es clave para el desarrollo económico de la Península Ibérica y del sur de Francia» y precisó que esto no excluye el tramo que va desde Algeciras a Barcelona.
Simplemente, «son dos tramos del mismo Corredor», recordó Cambra.
Pero para que la importancia del Corredor se transforme en riqueza es necesario solucionar algunos aspectos. Entre ellos, Cambra puso el acento en el hecho de que «estas conexiones vitales para el sur de Europa no dará el resultado deseado «hasta que no podamos transportar de forma eficiente un tren de mercancías entre capitales europeas», lo que significa reducir los costes de la operativa ferroviaria transfronteriza. Y es que los costes de un tren de mercancías entre Barcelona y Lyon son entre un 70 y un 80% superiores a los de un tren entre Madrid y Barcelona, «cuando las distancias son prácticamente las mismas», precisó Sixte Cambra.
El Corredor Mediterráneo es vital para crear una potente plataforma logística del sur de Europa, como se encargaron de recordar Joan Basora, director de Desarrollo Corporativo del Puerto de Tarragona; Eric Andrieu, parlamentario europeo, y Jean-Louis Chambon, del Conséil General des Pyrenées-Orientales.
Fuente: Diario del Puerto