El ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt, presentó el pasado lunes, 7 de julio, un proyecto que pretende que los vehículos extranjeros que circulen por las carreteras alemanas hagan frente a un peaje, una medida que se implantará a partir del 1 de enero de 2016.
La cantidad a la que tendrá que hacer frente cada vehículo dependerá de su tamaño y de la potencia del motor, así como de la normativa Euro que cumpla. Para poner en marcha el sistema de pago, las autoridades alemanas extenderán tarjetas de peaje verdes, amarillas o rojas, según el grado de contaminación que emita cada vehículo. La más barata costará 10 euros y podrán adquirirse tarjetas para dos meses por 20 euros.
Asimismo, se aplicarán descuentos para tramos cortos y «visitas únicas». Las tarjetas podrán adquirirse en estaciones de servicio y en Internet. A través de esas ventas Dobrindt considera que se podrán obtener 2,5 millones de euros por legislatura, una cantidad que se destinará al mantenimiento de las carreteras.
Varios países limítrofes con Alemania, especialmente Austria y Holanda, ya han mostrado su oposición ante esta nueva tasa, que discrimina a los extranjeros. Así, La ministra austriaca de Transporte, Doris Bures, ha amenazado con demandar a Alemania ante el Tribunal Europeo de Justicia si implanta este peaje de forma exclusiva para los vehículos foráneos.
Principio de no discriminación
En cuanto a las autoridades europeas, ya se han manifestado en contra de las intenciones alemanas, que se suman a los planes franceses. De hecho, la Comisión Europea recordó a Alemania que en todas las políticas deben respetar el principio de no discriminación.
«Apoyamos fuertemente los esfuerzos de Alemania por introducir un esquema de tasas en las carreteras que permita sufragar sus costes de mantenimiento en estos momentos en que los fondos públicos escasean», señaló la portavoz de Transportes de la CE, Helen Kearns, quien recordó «el principio básico del derecho comunitario de la no discriminación, que debe aplicarse a este ámbito como a todos los demás».
Kearns añadió que Bruselas es partidaria de establecer «un sistema de pago a distancia que hace que los que usan a diario las vías pagan por su mantenimiento». No obstante, apuntó que, dado que no existe «un consenso para llevar a cabo un esquema europeo de peajes, existe libertad a nivel nacional para desarrollar los esquemas de gravamen de transporte».
Fuente: todotransporte.com