La decisión de Hanjin Shipping de declararse en bancarrota está sacudiendo buena parte de los cimientos del sector marítimo mundial. El hecho de que la séptima naviera del mundo haya llegado a esta situación es un hecho que prácticamente no tiene precedentes en el ‘shipping’.
La primera consecuencia a corto plazo es la ruptura de relaciones entre la compañía surcoreana y sus socios comerciales. Poco a poco, las navieras están estableciendo una especie de cortafuegos alrededor suyo con el objetivo de que los compromisos contraídos con sus propios clientes se vean afectados lo menos posible.
La situación que vive el sector marítimo tras la crisis de Hanjin Shipping no tiene precedentes
En estas páginas llevamos informando los últimos días sobre las medidas que están tomando algunas de las navieras con las que Hanjin Shipping tiene tratos. El pasado viernes, y al cierre de esta edición, se unían APL y OOCL. En esencia, ambas aseguraban que ya están trabajando en asegurar las cargas de sus clientes. Las dos tomaban las medidas que ya han tomado otras. Por un lado, dejar de cargar de manera inmediata en buques de Hanjin Shipping y, por otro, no permitir que contenedores de la naviera coreana encuentren hueco en sus buques. Con todo, ambas se comprometen a descargar los contenedores de Hanjin Shipping que ya están en sus barcos y que van camino de sus puertos de destino.
En términos similares se pronunciaba Cosco el pasado viernes. Si bien la compañía china fue de las primeras en hacer pública su postura desde comienzos de la pasada semana, no fue hasta el viernes cuando comenzó a informar de su decisión de no cargar en buques de Hanjin ni permitir la carga de contenedores en sus buques.
El principal problema que se les presenta a las navieras es qué hacer con los contenedores que ya están a bordo de los buques de Hanjin Shipping y que se encuentran en estos momentos en el mar. Las compañías han establecido un “seguimiento continuo” de esos contenedores, y que en el momento en que sea posible serán traspasados a sus propios buques para que lleguen a su destino.
Pero la decisión de declararse en suspensión de pagos por parte de Hanjin llega más allá de qué hacer con esos contenedores. Y aquí es donde surgen las dudas.
1. Buques fletados.
Como muchas navieras, Hanjin Shipping trabaja tanto con barcos propios como con naves fletadas. ¿Cómo van a recuperar los propietarios de esos buques fletados sus barcos? ¿Cómo van a recibir el dinero que se les debe por ese flete? ¿Cómo afectará a las cuentas de resultados de esos armadores no recibir ese pago?
2.- Cobro de tasas.
Por otro lado, parece que el hecho de que Hanjin Shipping no pueda hacer frente a sus deudas está provocando que, por un lado, haya puertos y terminales que no permitan el acceso de sus buques por temor a no poder cobrar las tasas. En las dársenas en las que la naviera no tiene vetada la entrada, como es el caso de Valencia, Hanjin habría optado por esperar en las zonas de fondeo ante la posibilidad de que una vez en el puerto, se le embargue el buque o la mercancía para asegurar el cobro de esas tasas. En ambos casos, la consecuencia a corto plazo es el retraso en el compromiso de entrega de la carga.
3.- Cargadores.
Con todo, en las dos situaciones anteriores se compromete la entrega o envío de la mercancía. Y aquí es donde entra en escena el propietario de la mercancía que hay en el contenedor. Hay dos situaciones que se va a encontrar el cargador afectado.
Por un lado, las mercancías que ya están en el puerto pero que aún no se han cargado en el buque. La posibilidad es que el cargador llegue a un acuerdo con otras navieras para poder mover su mercancía. Sin embargo, esto aumentaría el coste del transporte, ya que a los nuevos gastos de embarcar en un nuevo buque habría que sumar lo ya desembolsado a Hanjin.
El problema se acrecenta si el contenedor se encuentra ya a bordo de un buque en alta mar.
La mercancía no podría descargarse hasta la llegada a un puerto, cosa que por el momento parece complicado debido a ese veto que sufren los buques de Hanjin o a la decisión de la propia naviera de no entrar en el puerto.
Todo este conflicto llega además en un momento en que las navieras incrementan su actividad por la cercanía de la campaña de Navidad.
Fuente: veintepies.com