El incumplimiento de los plazos de pago legalmente establecidos continuó siendo una lacra para el transporte de mercancías por carretera en 2018, cuando el tiempo transcurrido entre la prestación del servicio y el abono del mismo se situó, de media, en 80 días, excediendo con mucho los 30 establecidos por la Ley de Morosidad, ampliables a 60 si existe un acuerdo entre cliente y proveedor.
Así se desprende del Observatorio de la Morosidad que elabora periódicamente Fenadismer en colaboración con la Fundación Quijote para el Transporte. La encuesta permanente revela, no obstante, que el retraso medio en los pagos a los transportistas se redujo a finales de año, situándose en los 78 días en el mes de diciembre del año pasado, igualando así la demora media registrada en noviembre.
En lo que a las modalidades de pago se refiere, el método escogido mayoritariamente por los clientes de los transportistas es el confirming -elegido en el 48% de las operaciones-, seguido por la transferencia -utilizada en el 27% de los casos– y el pagaré -empleado para abonar el 23% de los servicios-, mientras que el cheque mantiene un papel residual y es la opción a la que se acogen el 2% de los clientes.
Fuente: www.todotransporte.com