Las asociaciones Transprime, ACE y Feteia-OLTRA, que reúnen a cargadores y agentes de carga en España, solicitan la intervención de las autoridades europeas ante el comportamiento de los armadores.
Los armadores, con su apuesta por las alianzas, han convertido el negocio “en un oligopolio camuflado”, según denuncia Agustín Montorí, presidente de la comisión marítima de Feteia-OLTRA.
En el marco de un webinar organizado por ACE, Montorí explicó que el escenario actual es de “luna de miel para los armadores”, indicando que “entre diez se reparten el 80 por ciento del mercado, pero las autoridades dicen que eso no es un oligopolio”. Indicó que “la COVID-19 ha eclosionado la falta de previsión de fabricantes, armadores y autoridades” en un mercado en el que “la sartén por el mango la tienen los armadores gracias a las plataformas digitales”. Montorí explicó que gracias al uso de los ‘blank sailings”, los armadores “han conseguido llevar los fletes a unos niveles bestiales”, en un escenario “donde la demanda no ha decrecido, hay congestión y una carestía importante de equipos”.
En cuanto a las perspectivas de mercado, Montorí anunció que “va a haber fletes altos, cancelación de salidas y poco equipo hasta después del verano”, indicando que “las navieras han desarrollado una política vertical que les ha llevado a ser los amos de los puertos y a controlar toda la cadena del transporte, algo que ha sido denunciado, pero vemos que las autoridades no actúan, ni en Estados Unidos, ni en Europa”.
Nuria Lacaci, secretaria general de la Asociación de Cargadores de España (ACE), explicó la evolución del mercado de fletes, apuntando que los precios marítimos han pasado en un solo año de 800 euros a 3.000 euros por TEU, lo que ha supuesto un importante contratiempo para los cargadores, junto a los problemas de la cadena suministro por la pandemia. Montorí situó, con fecha 18 de febrero, que los fletes desde China a Barcelona en clase premium estaban en 5.700 euros para contenedores de 20 pies y de 9.800 euros para los de 40 pies.
En este sentido, Rafael López-Loriente, director de logística de Deoleo, explicó en su intervención la problemática que había sufrido la empresa para sus exportaciones de aceite durante las primeras olas de la pandemia y la situación actual.
La compañía ha venido sufriendo retenciones de contenedores, congestión, problemas de espacio a la hora de embarcar sus contenedores, “con unos precios que han ido subiendo y donde la inflación que puede suponer una subida del precio del petróleo, puede tensionar todavía más la cadena en el último semestre del año”.
López-Loriente indicó que “hoy, los acuerdos con las navieras están rotos y están usando todas las armas en su poder”, reconociendo que “desde la situación del cargador vemos muy difícil revertir esta situación”.
Por otro lado, Jordi Espín, secretario general de Transprime, animó a los cargadores a unirse para promover una nueva regulación del mercado con las navieras, con las que “no hay diálogo”. Explicó que la situación actual “ocurre porque el regulador lo permite”, matizando que “las navieras se esconden bajo el paraguas de las alianzas y la Comisión Europea permite que no sean transparentes”.
Abogó por establecer una serie de nuevos estándares que no sean discutibles entre cargadores y navieras, que “sería un punto de inflexión”, porque “hoy, los indicadores como el Shanghai Index no reflejan cómo está el mercado”, aunque advirtió que “ser resiliente es caro para los cargadores”.
Fuente: www.transportexxi.com